News-es

Publicado el 09 Septiembre 2021

“Padova Urbs Picta”, la serie de frescos del siglo XIV de la Ciudad del Santo son Patrimonio Mundial de la UNESCO

Entre ellos también la serie de frescos en la Basílica y el convento de San Antonio y en el adyacente Oratorio de San Jorge

El sábado 24 de julio, durante la 44a sesión del Comité del Patrimonio Mundial en Fuzhou, se proclamó oficialmente la entrada de “Padova Urbs picta” en la lista de los sitios de la UNESCO.

Un reconocimiento importante y colectivo que premia el sistema paduano de las ocho series de frescos del siglo XIV, dos de ellas pertenecientes al extraordinario complejo monumental antoniano: la Basílica y el convento del Santo (obras de Giotto en la Capilla de la Virgen Mora, en la Capilla de las Bendiciones y en la Sala del Capítulo, de Giusto de’ Menabuoi en la Capilla del Beato Luca Belludi, de Altichiero da Zevio y Jacopo Avanzi, en la Capilla de Santiago) y el adyacente Oratorio de San Jorge (completamente pintado al fresco por Altichiero da Zevio).

El sitio comprende también las siguientes series de frescos: Capilla de los Scrovegni, Iglesia de los Santos Felipe y Santiago de los Eremitani, Palazzo della Ragione, Baptisterio del Duomo, Capilla de la Reggia Carrarese y Oratorio de San Michele.

Esta la motivación de la inclusión de la serie de frescos en el Patrimonio Mundial UNESCO:«ilustra un modo completamente nuevo de representar la narración en la pintura, con nuevas perspectivas espaciales influenciadas por el progreso de la ciencia de la óptica y una nueva capacidad de representar las figuras humanas, en todas sus características, incluyendo los sentimientos y las emociones. Estas innovaciones marcan una nueva era en la historia del arte, produciendo un irreversible cambio de dirección».

El rector de la Basílica de San Antonio, padre Oliviero Svanera, comentó de esta manera la decisión del comité internacional:

«La proclamación de la UNESCO, que ve en primera fila a la Basílica con sus tres sitios, es motivo no sólo de un renovado compromiso en salvaguardar y defender un patrimonio de arte único en el mundo. Para nosotros Iglesia se convierte en una oportunidad para renovar una propuesta de encuentro con la fe que originó estas obras. A través de los frescos presentes en la Basílica –recuerdo también el inmenso patrimonio de arte representado por las esculturas de la tumba del Santo o por las obras de Donatello en el presbiterio- queremos que emerjan, además de los aspectos turísticos o técnicos o culturales de ver la belleza de estas obras, la posibilidad de encontrarse con Aquel que en estas obras es representado, Cristo Salvador. Es la vía del Evangelio, de la evangelización a través de la vía pulchritudinis de la que habla papa Francisco en el Evangelii gaudium. La Vía de la belleza, que a partir de la experiencia del encuentro con la belleza del arte que suscita asombro, puede abrir el camino de la búsqueda de Dios y disponer el corazón y la mente al encuentro con Cristo, Belleza Encarnada ofrecida por Dios a los hombres para su Salvación».

 

LOS SITIOS DE LA PADOVA URBS PICTA EN EL SANTO

BASÍLICA Y CONVENTO DE SAN ANTONIO

En la Basílica y en el convento de san Antonio se conservan los primeros testimonios de la presencia de Giotto en Padua, activo en la Capilla de la Virgen Mora, en la Capilla de las Bendiciones y en la Sala del Capítulo, hacia los años 1302-1303, o sea poco antes de la decoración en la Capilla de los Scrovegni. Por este motivo en el ámbito del sitio “La serie de frescos del siglo XIV de Padua” representan desde el punto de vista cronológico el comienzo de la actividad de Giotto en la ciudad, obras en las que comprender cómo el maestro florentino ya había puesto las bases de la propia búsqueda de la perspectiva y de los espacios que expresará plenamente poco tiempo después en la Capilla de los Scrovegni.
 
En la Basílica están presentes además otros de los mayores protagonistas de la historia de la pintura al fresco paduano del siglo XIV: Giusto de’ Menabuoi, Altichiero da Zevio y Jacopo Avanzi, autores de series de frescos de altísimo valor que testimonian concretamente la historia del mecenazgo paduano ligado a la Señoría de los Carrara.

ORATORIO DE SAN JORGE

A un lado de la Plaza de la Basílica del Santo surge el Oratorio de San Jorge, mausoleo de familia empezado por Raimondino Lupi di Soragna para acoger los restos de Bonifacio, edificado siguiendo el mismo modelo arquitectónico y modalidad narrativa que la Capilla de los Scrovegni, al cabo de más de setenta años de su realización. El Oratorio de San Jorge presenta una serie de frescos pintados una vez más por Altichiero, que decoró completamente las paredes internas, entre 1379 y 1384, con la colaboración de Jacopo da Verona.
En el ámbito del sito “La serie de frescos del siglo XIV de Padua”, este ciclo sigue el recorrido empezado por Altichiero en la Capilla de Santiago buscando el ilusionismo prospectivo especialmente en las arquitecturas, de la relación entre espacio real y pintado, con una atención nueva a la luminosidad del color.  
 
En las pinturas de Altichiero se exaltan las virtudes guerreras de la familia Lupi, al servicio de la Señoría de los Carrara y de la ciudad. La calidad de la pintura, el cromatismo refinado, las soluciones prospectivas y la adhesión al dato real hacen de esta serie una obra maestra tan innovadora que anticipa la espacialidad prospectiva del siglo XV.
 
La intención declarada de reconstruir el modelo de la Capilla de los Scrovegni emerge con evidencia observando el Oratorio de San Jorge: la estructura arquitectónica, la decoración dentro de marcos, la organización de las escenas en registros superpuestos y el uso de la cúpula estrellada con figuras dentro de clípeos, todos nos lleva a Giotto, pero actualizado siguiendo el nuevo estilo gótico.